lunes, 7 de junio de 2010

Carta desde Guatemala

Hola de nuevo Rosa:

Además que somos un país que vive al revés…creo que también somos un país condenado al sufrimiento eterno…

Rosa…de verdad que no pude contener mi llanto… la gente sin comida, sin techo, sin carreteras, sin caminos o brechas, todas sus cosechas han perdido,(sus milpas, maíz, frijoles, árboles frutales, han perdido sus animales, todo, todo ha perdido.

Yo sabía que después de la tormenta venía la calma… aquí todo lo contario… después de la tormenta vino la destrucción. Después de las explosiones mortales del volcán de Pacaya… una lluvia trágica…llamada tormenta Agatha, se encarga de dar el tiro de gracia y arrastra con todo.

Yo creo que lo mejor para esta gente… es que se hubieran muertos todos… ya es demasiado sufrimiento para esta gente…. Desgracia tras desgracia… si no es una cosa… es otra cosa. Esto definitivamente no es vida para todos ellos!!!! (Mil perdón por pensar esto… pero necesito muchas explicaciones de la vida de esta gente) Estaban mil veces mejor en los Cimientos… pero a alguien se le ocurrió quitarles sus terrenos que legítimamente son de ellos.

El volcán de Pacaya, como muy bien sabes, está a menos de 25km. de San Vicente de los Cimientos. La ceniza y rocas que el volcán expulsó tras su estallido inundó de ceniza las cosechas y las rocas causaron estragos en los humildes techos de las viviendas; es increíble cómo no hubo ninguna sola muerte pues el panorama parecía de guerra.

El dinero que se recibió de Acción Verapaz, en Asamblea General se había decidido que dicho dinero se invertiría en la compra de semillas mejoradas para el cultivo de granos básicos, específicamente: maíz, fríjol, hortalizas; y también para la crianza de ganados, ovejas, etc. La gente estaba muy entusiasmada y sumamente esperanzada con esta nueva cosecha, prefirieron seguir aguantando hambre pues sabían que “cuando la milpa esté crecida” habría suficiente comida para todos. Ahora, todas sus esperanzas y sacrificios fueron cubiertas de cenizas, arrastradas por la tormenta, sus sueños quedaron soterrados en lodo. Tanta las siembras como sus casas, fueron golpeadas y derribadas por el Pacaya y Agatha. El presente triste y hambriento de esta gente que ya existía, es ahora más aterrador… su actual presente elimina cualquier esperanza del futuro.

Desde que salí rumbo a San Vicente de Los Cimientos, a lo largo de todo el camino mi asombro iba creciendo, y mis pensamientos de cómo estaría destruida la comunidad de San Vicente de Los Cimientos se estaba quedando ya sin ideas. Efectivamente, cuando al fin llegué a esta comunidad (donde el temblor del suelo es “normal” ya que están en las faldas de otro volcán, el de Fuego) tardé horas en reconocerla. Es que no podía creer lo que estaba viendo!! La gente con lodo hasta la cintura, y de la cintura hasta la cabeza cubierta de ceniza.

Rosa, es urgente para esta gente frazadas, colchonetas, pantalones, camisas, blusas, calzado; y para comer: comida enlatada, agua pura, arroz, fríjol, maíz, incaparina, avena; y para vivir: láminas, nylon, linternas ó candela.

Ahora mismo la gente comienza a enfermase, ya hay muchas infecciones gastrointestinales, como diarrea, enfermedades respiratorias y brotes de dengue, con lo cual necesitamos también con urgencia medicinas.

Por el momento es todo Rosa, ya te mantendré informada de lo que vaya sucediendo.

Atentamente,

Juan Ramos C

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